domingo, 24 de noviembre de 2013

MI PERRA Y EL CÁNCER DE MAMA

Por Alberto Muñoz: 

El 50 % de las hembras caninas “no castradas” padecerán tumores de mama en algún momento de su vida. Si nos fijamos es como lanzar una moneda al aire, es decir, si nos preguntamos: ¿tendrá mi perra un tumor de mama? La respuesta es no (en el mejor de los casos) o si (en el peor) al 50 %. Si lo vemos de otra forma, de cada 2 hembras que observamos por la calle, 1 acabará teniendo tumor de mama. Además, de esos tumores que aparecen en la perra, la mitad serán benignos pero la otra mitad serán malignos, de rápida progresión y diseminación por todo el organismo.




¿Debemos vivir preocupados esperando que mi mascota desarrolle o no un tumor en la mama? La respuesta es NO. Vamos a desgranar los aspectos más influyentes en la aparición de esta enfermedad para que entendamos el por qué de las recomendaciones veterinarias al respecto:


¿Cómo afecta la edad en la aparición del cáncer de mama?

Son extremadamente raros en perras menores de 2 años y casi ningún caso se observa antes de los 4 años (aproximadamente un 4 % de los animales lo desarrollan antes de esta edad). Comienzan a ser más frecuentes en la franja entre los 4 y 8 años (el 29 % de los animales). Pero a partir de los 8 años la incidencia es altísima, más de la mitad de las hembras mayores de 8 años van a desarrollar cáncer de mama (67 %).





¿Qué razas están más predispuestas a padecerla?

Aquí suele haber controversia. En algunos países unos autores ponen a ciertas razas por delante y a otras por detrás. De igual forma, los estudios indican una mayor predisposición en razas como Cocker Spaniels, Setter Irlandés, Pointers, Pastor Alemán, Bichón Maltés, Yorkshire Terrier, Bóxer y Dachshund, entre otros.



No obstante lo más importante es tener en mente que cualquier perra, sea de la raza que sea, están en predisposición de sufrir esta enfermedad.

¿Cómo influyen las hormonas sexuales femeninas en la aparición del cáncer de mama?

Si algo tenemos claro es que las diversas hormonas que produce la perra, sobre todo a partir de la maduración de sus órganos sexuales, tienen relación directa con la aparición de estos tumores, benignos y malignos. Sin entrar en detalle, las hormonas más importantes en este proceso carcinogénico son los estrógenos, la progesterona y la prolactina. Los estrógenos son los responsables de la actitud sexual de la perra, son los predominantes en un animal que presenta el celo. La progesterona es la “hormona de la gestación”, gracias a ella se mantienen las condiciones adecuadas para el crecimiento del embrión. La prolactina también contribuye a mantener la gestación y fundamentalmente se encarga de estimular a la glándula mamaria para producir leche y alimentar a los recién nacidos. Si consideramos que los tumores de mama presentan multitud de receptores para estas hormonas podemos entender la importancia de las mismas en su aparición.

¿Es imprescindible que castre a mi perra?

Lo más recomendable es reducir la exposición a las hormonas sexuales todo el tiempo que sea posible. Lo primero que debemos preguntarnos es si nuestra mascota va a ser madre. Si la respuesta es NO, no hay duda de que una castración temprana reduce el riesgo de forma drástica. Veámoslo en porcentajes en base a los estudios que hay hasta la fecha:




Es simple de interpretar, las hembras castradas antes del primer celo tienen un 0.5 % de riesgo de que aparezca el tumor mamario. Obviamente no es 0 ya que el cáncer es una patología multifactorial en la que no solo intervienen las hormonas, también la genética, factores ambientales, administración de tratamientos, etc. Si la castración se produce entre el primer y segundo celo el riesgo aumenta a un 8 %. A partir del segundo celo en adelante ya nos situamos en un 26 % de riesgo. Y, como he dicho, en las hembras no castradas la incidencia puede llegar o incluso sobrepasar el 50 %.
Si una hembra está destinada a padecer cáncer de mama, una castración temprana nos proporciona una enorme seguridad de evitar que aparezca. Eliminamos la influencia hormonal, que resulta determinante en la formación del tumor. Quitamos de en medio la principal gasolina que tiene el tumor para crecer.


¿Quitar el celo en mi perra influye en la aparición de cáncer de mama?

Definitivamente si. Hay que tener en cuenta que esos tratamientos se basan en la administración de hormonas sexuales sintéticas (normalmente progesterona) que son muchísimo más potentes que las endógenas propias de la perra. Si ya hemos visto que las naturales son carcinogénicas, qué no harán las sintéticas si son hasta mil veces más potentes.
No obstante, se ha demostrado que aplicaciones puntuales (menos de 3) para evitar en celo en momentos determinados no tienen influencia en la aparición del tumor. Tampoco afecta a la fertilidad posterior de la hembra reproductora. Toda una vida con tratamiento para evitar el celo deja las puertas de par en par a la llegada de un tumor maligno, además de otras patologías mamarias. Los veterinarios no estamos obsesionados con castrar a las perras, simplemente las investigaciones sirven para poder actuar contra algo que resulta tan frustrante cuando ocurre y que en la mayoría de las veces se podía haber evitado. No se hizo, por desconocimiento o por otro motivo, y ya es tarde. Desgraciadamente los tumores de mama son bastante frecuentes pero la parte buena es que hay una ventana en la que podemos intervenir y que funciona.

SOLICITA INFORMACIÓN VETERINARIA ANTES DE TOMAR UNA DETERMINACIÓN PARA INTERRUMPIR EL CELO DE TU MASCOTA

¿Cómo sospecho que mi hembra puede tener problemas en la mama?

La revisión veterinaria anual debe poner de relevancia cualquier anomalía en la mama, sobre todo en hembras con factores de riesgo: más de 8 años, tratamientos para el celo, presentación de pseudogestaciones… Pero los propietarios juegan un papel fundamental en la detección temprana del cáncer.
Normalmente se inician como unas tumefacciones de pequeño tamaño en cualquier mama. Crecen de forma rápida y son duras y poco móviles al tacto. Puede observarse secreción de líquido transparente por la mama o incluso leche. Debemos recordar que no presentan signos de malestar en los animales, por lo que pueden pasar desapercibidos. Ante cualquier duda una inspección a tiempo puede salvar a tu mascota.

RESUMAMOS: Edad avanzada, raza predispuesta, problemas con el celo… SOLICITA INFORMACIÓN Y CONSEJO VETERINARIO.

En esta entrada no entramos a valorar tratamiento, que dependerá de cada caso pero a pesar de que no hayamos podido evitar que aparezca en muchas ocasiones se puede conseguir una remisión del cáncer, si se realiza un escrupuloso protocolo. No permitas que sea tarde.


Alberto Muñoz (albertomup@gmail.com)